BMP Art
¿Qué es BMP Art? En un castillo de Transilvania, durante una intensa tormenta eléctrica, en el amparo de la noche el Doctor Frankenstein dio vida a su criatura. Yo, sin embargo, lo hice en la Facultad de Ciencias, un día relativamente soleado de verano que habíamos quedado para estudiar. Si bien no sabía que aquella viñeta intencionalmente cutre sería el prototipo de algo más cuidado como es la serie de comics a los que titulo colectivamente BMP Art. Son artísticos. Están dibujados enteramente con Paint (aunque los transforme a JPG su extensión original siempre es BMP). Son especialmente absurdos. Y son divertidos.
La inspiración, no obstante, debo agradecérsela (al igual que a aquella pelirroja que estudiaba física cuántica), a Randall Munroe, creador del webcomic xkcd. XKCD tiene humor, pero también tiene reflexiones muy humanas, chispas de ironía científica (matemáticas, física...), y en ocasiones, muchísima ternura e inocencia en sus personajes.
Siguiendo igualmente el estilo de personajes "monigote" (stick figures) dada mi incapacidad para el dibujo, he tratado de imbuir ese mismo espíritu a BMP Art, dotando a mis personajes de un poco de mi personalidad en algunas ocasiones.
Cosa Especialmente Absurda pero Divertida número 3
He decidido incluir la última tira de BMP Art (hasta la fecha, nadie entristezca... ni se alegre) en mi lista de Cosas Especialmente Absurdas y Divertidas. ¿Por qué? Por varios motivos.
En primer lugar, porque BMP Art es, como ya he dicho, en sí especialmente absurdo, es especialmente divertido, y es cosa. Con ellos doy rienda suelta a mi vena humorístico-creativa y, para mi sorpresa, muchas personas me han confesado que les gustan (en ocasiones mucho mucho).
En segundo lugar, porque el BMP Art de hoy es... ¡especialmente absurdo (y divertido)!
BMP Art: Reafirmación de Identidad
Para los no familiarizados con mi persona en la vida real, sepan que "¡Yo soy Antón!" es una frase que he acuñado de forma relativamente reciente y gusto de usar de forma reiterada pero inesperada. La esencia de la frase es puramente absurda, la constatación de que yo soy yo y el descubrimiento de la propia identidad como si de algo sorprendente se tratara. Por ello me gusta utilizarla intruduciéndola en conversaciones especialmente enrevesadas, a menudo como colofón final.
Por otro lado, existe un componente filosófico en la frase. La reafirmación de la identidad. Decirse a uno mismo "Yo soy yo" es un ejercicio de autoestima muy interesante si se hace con plena consciencia. De hecho, invito al lector interesado en mejorar su calidad de vida a que practique este hábito. El tonillo patentado (guiño) siempre viene bien, pero lo importante es mantener en mente todo lo que implica ser uno mismo.
La mejor respuesta
Sin duda, la mejor respuesta que yo haya recibido nunca a esta afirmación se la debo a Superlayo, el de La Covacha, quien me espetó "¡Sí que lo eres!" (con tonillo patentado incluido). También se unió a la frase empleando "Él es Antón" en ocasiones apropiadas en incluso me confesó recientemente que apunto estuvo de dedicarle a su madre un incoherente "¡Yo soy Antón!".
Y, por último...
...los que aún no lo hayáis hecho, hacedlo. Lo estáis deseando. No importa si hay gente cerca o estáis solos, ¡hacedlo sin más! Poneos firmes, alzad la cabeza y afirmad... "¡Yo soy....
Un saludo!
Adán.