Bueno, en primer lugar disculparme por lo abandonado que he tenido ésto últimamente. Es que en la Universidad he estado hasta arriba y después necesitaba unos días de relax. Pero a cambio del retraso, os traigo una jugosa novedad. Para aquéllos no familiarizados con la asignatura de Física en la Ciencia Ficción, pues pongo en su conocimiento que para la susodicha asignatura es preciso escribir un relato. Vaya, un relato de Ciencia-Ficción, por si no estaba claro.
¿Me dices acaso que has escrito tú uno?
Sí.
¿Y que lo vas a colgar en el blog?
Sí.
¿Y que se titula "El Almirante Lloyd"?
Sí... aunque no sé por qué sabes tú eso...
Lo deduje del título.
Ah. Claro. Tiene sentido.
Bien. Espero que este auto-diálogo, o pseudo-monólogo, o quasi-ponaquítupalabrarara haya clarificado la situación. El relato consta sólamente de 5 capítulos, de longitud media de una página (el máximo eran 5 páginas, y tuve que trabajar duro para no excederme). Así que, considerando yo que lo más cómodo para el lector y para un servidor es la publicación fasciculada, hoy os brindo el primer capítulo. Y a este ritmo avanzaremos. Procuraré dejar unos dos o tres días de espacio entre cada entrega por lo menos, cuidando que al menos se suban un par de capítulos a la semana. Espero que ello favorezca la lecutura y comentado del relato por parte del querido lector, que no por querido deja de ser también reticente a digerir grandes cantidades de información en poco tiempo.
Comencemos pues.
Capítulo I: “5 de Julio de 2017”
El bebé es depositado en su cuna. Se trata de un recién nacido, apenas sí puede ver su entorno, pero en cierta forma acepta el habitáculo en el que le han ubicado como su hogar.
Está en el “Centro de Ayuda Vocacional Almirante Lloyd”, institución amparada por el gobierno que, desde hace unos pocos años, ha llamado la atención de los medios de comunicación, entusiasmados con la historia de un centro que educa huérfanos desatendidos formándolos para convertirlos en una élite de pensadores en pro de la sociedad.
El Dr Murai se inclina sobre la nueva incorporación al centro. Contempla como científico, escrutando con curiosidad meticulosa las proporciones y los rasgos del niño. Luego desvía la mirada para recorrer con ella el habitáculo: Paredes y techo grises y lisos, suelo blanco y frío. Una sola ventana que da a un patio, que podría llegar a ser la vista más alegre del lugar si no fuera por la reja metálica que se interpone en la visión, bloqueando toda opción de la imaginación del chico de salir volando por la ventana.
“Al fin y al cabo” – pensó – “, es igual que todos los demás habitáculos”.
Con solemne parsimonia, se detiene a observar de nuevo al bebé. Ha despertado de su plácido sueño y se encuentra en un estado de semiconsciencia, con los ojos aún entornados. Se inclina sobre la cuna y posa junto al niño, despacio y con cuidado, una pequeña fotografía, que será sin duda el bien que más haya apreciado el chiquillo al final de sus días. El Dr Murai no sonríe. Una vez más contempla serio e inmóvil al bebé, ahora desperezándose juguetón. Y, entonces, para dar fin a la ceremonia, pronuncia en voz alta la única verdadera seña de identidad a la que se habrá de aferrar el recién llegado:
-Ian Wilmut.
Por si no quedaba claro, que conste que Continuará...
Un saludo!
Adan.
Pero... Pero... Pero... Pero... ¡Ni siquiera me ha dado tiempo a empezar a ver por donde va! Jo...
ResponderEliminarNi siquiera puedo comentar poco más que decir que los nombres molan, y que a mí siempre me cuesta sacarlos.
¡Y que esos malditos yanquis nos han convencido (y me incluyo) de que los nombres anglosajones molan más! ¡Arriba los héroes con nombres como Manolo González, o Zacarías Iglesias! ¡Pero yo no los escribiré nunca!
A todos nos gusta la solemne parsimonia. ¿La fecha del 5 de Julio tiene algún significado oculto?
Opino igual que el anterior comentario... ¿y sólo va a tener cinco capítulos? Qué cagada... empieza como para terminar en novela :D
ResponderEliminarBuenas!
ResponderEliminarSi os he dejado como con ganas de más, pues entonces celebro mi éxito. Me dirijo a subir en breves el siguiente episodio, así que ya tendréis más material para leer y juzgar.
Sólo decirte, Superlayo, que la significación de fechas como el 5 de Julio puede que adquiera sentido más adelante... o puede que no. Bueno, eso y que los nombres españoles parece como que tienen menos glamour para depende qué contextos. Porque un Diego de la Vega traducido al inglés... pierde encanto!
Outcard... ¿una novela? Chico, que aquí no todos tenemos la habilidad literaria (y sobre todo, la dedicación necesaria) para novelear. A ver para cuándo esa publicación de "John Whol" ;P.
Un saludo!
Adan.