Try not to get lost into those eyes

Comienzo esta entrada sin saber muy bien de qué voy a hablar. Desde luego, los posibles resultados son, principalmente, dos: Un gran artículo reflexivo que invite a la discusión de temas trascendentes, o un pésimo y mediocre amasijo de pensamientos sin orden, concierto, ni sentido global. Un posible resultado menos principal y, creo menos probable, es que el resultado no destaque por brillantez ni falta de la misma, es decir, sea tan mediocre que deje indiferente. Por cierto, ¿sabíais que trascendente se escribe así, sin "n" en "tras"?


Comencemos pues


Belleza. Estética. Unos ojos azules. ¿Por qué me hipnotizan? ¿Por qué nos hipnotizan?

Todo ocurrió por culpa de una absurda imagen, supuestamente humorística, pero que me dio bastante más que pensar de lo que podría haberse esperado. La imagen en concreto es un "motivator", que muestra una fotografía de una chica preciosa (Evangeline Lilly, actriz) con impresionantes ojos azules. El subtítulo reza "Try not to get lost into those eyes" (Trata de no perderte en esos ojos).

No pude dejar de mirar la fotografía. No pude. En serio. Y no pude dejar de pensar en cuántas veces me había quedado perdido en los ojos de alguien. ¿Por qué la contemplación de lo bello nos sumerge en tal estado de éxtasis? ¿Por qué nos produce placer? La respuesta a estas preguntas, es la respuesta a la pregunta de por qué el arte. La búsqueda de la estética, el uso de dicha estética como vehículo de expresión o, más allá incluso, de comunicación. El uso de la estética como disparador de los resortes que hacen surgir emociones en nuestro interior.



Veo un gatito y me enternezco. Escucho una pieza de música y quizá me conmuevo. Si saboreo mi comida favorita, el gusto anula mis demás sentidos y por un instante sólo pienso en mi boca, nada más existe a mi alrededor.

Una chica bonita. No hablo ni de lujuria, ni de erotismo ni de sensualidad, eso despierta otra serie de instintos. Simplemente una chica hermosa. Y, por momentos, la chica deja de ser una persona y en mi mente la he reducido a una sóla dimensión básica y poderosa: la de su imagen, la de su belleza.

No se trata de amor, ni necesariamente de una intención de emparejamiento. Simplemente se trata de deleitarse contemplando lo bello. Y puede parecer superficial -sin serlo-, pero es cierto que negamos -niego- los demás componentes de la persona.

Y aquí la pregunta que me formulo, ¿cuántas veces he actuado preso del encanto de dicha imagen, prisionero de los lazos de la belleza que atan mi mirada no permitiéndome ver otra cosa? Las personas bonitas parecen más simpáticas, más tiernas, (más inteligentes?). ¿Nunca habéis hecho algo estúpido por una persona bonita? ¿Cuántas veces habéis creído sentir algo por una persona decepcionante, cegados por su físico deslumbrante? E, insisto, no hablo de deseos sexuales. Es otra cosa, algo diferente.

Esos ojos azules...


No me los puedo quitar de la cabeza. Y además, me gusta la expresión. Try not to get lost. Perderse. No es volverse loco, perder la cabeza, ni nada que suene tan arrebatadoramente apasionado. Tan solo... perderse. Perder el rumbo. Perder la consciencia. Perder el sentido. Perder las prioridades. Perderse.


Esos ojos azules... no me los puedo quitar de la cabeza.

Try not to get lost into those eyes.
Tried, and failed.






Un saludo!
Adán

PD: La foto del inicio es un accidente geográfico conocido como "The Old Man of Storr", en la Isla Skye, Escocia. La encontré con el Stumble, de casualidad. Me quedé prendado. Me anoto en tareas pendientes visitar ese lugar. Algún día...

5 comentarios:

  1. Dios, no pensé que fuese algo que le ocurriese a más gente, y si le ocurría pensé que nunca se diría; quedarse prendado de alguien o algo simplemente en un ejercicio de fascinación, sin pensamientos oscuros, sin miradas sucias, simplemente admirando el concepto de la belleza misma.

    Muy buen post, me ha gustado, porque me da la impresión que la capacidad de apreciación de la belleza de las cosas cotidianas se está perdiendo, y la gente admira cosas en rebaños y sin saber por qué, cual cuento del traje del emperador. Me alegra pensar que aún queda gente que sabe apreciar las cosas día a día, y más allá de eso reflexionar sobre ello y sobre la misma grandeza del fenómeno.

    Por cierto, no se si conocerás el síndrome de Stendhal. La definición médica es un tanto fría, pero una descripción un tanto más poética siempre es una mejor historia, y viene muy al hilo de tu reflexión. Cualquiera que haya jugado a Vampiro con un toreador te lo podrá contar.*


    *La referencia friki era obligada, si no me multa el sindicato por intentar escribir cosas trascendentales, a mí que se me da tan mal...

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  2. Bueno, supongo que es algo que nos pasa a todos los que tenemos algo de vena... ¿poética? (Y conste que la informática no quita de eso, ¡líbresenos de caer en estereotipos!).

    Tal vez algún día escriba sobre la contemplación de lo bello en las cosas cotidianas. Creo que las personas capaces de hacer eso tienen andado un buen primer paso para tener una vida más feliz. Pero en este caso me centraba más (por aquello de los ojos) en personas... aunque, desde luego, también viene al tema.

    Me gusta lo del sastre del emperador. Está muy de moda (desde que existe la moda) admirar "lo que hay que admirar", muchas veces sin entenderlo ni apreciarlo. Claro que también es habitual el opuesto, criticar y despotricar contra lo que tampoco se aprecia ni entiende.

    Finalmente, decirte que me ha encantado lo del síndrome de Stendhal, no lo conocía. Genial.

    Me sorprende y alegra verte por aquí, Mafias, un saludo y hasta pronto!!
    Adán.

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  3. No te sorprendas tanto, hace ya bastante tiempo que te leo, aunque soy del tipo silencioso que nunca comenta. Tu público y sus RSS esperamos ansiosos tus próximas entradas ;-)

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  4. Es curioso, pero hoy que te fijas en la vista -yo que soy tan de imágenes visuales- describiría este post como sedoso... no sé, acaricias con las letras, te noto suave y blandito, Adán... ¡no sabía yo de esta vena tuya proclive a la subyugación!

    Yo aportaría a tu reflexión que apreciar la belleza es a la vez una muestra de cultura -la estética forma parte de la Filosofía...- y un ejercicio de humildad; ¿tú no te sientes muy pequeñito ante las cosas bonitas? A mí me pasa viendo escaparates, en el cine, de acampada, de copas con mis amigas... ¡y no me toman en serio cuando se me cae la baba viendo algo precioso!

    En fin, que seguiré leyéndote asiduamente, ¡para eso formas parte de mi colección de personas especiales! Un besito

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  5. Aletheia, tú sí que eres sedosa! (Viene a mi mente la imagen del Merovingio en Matrix Reloaded diciendo que insultar en francés es... "como si te azotaran con un látigo de seda").

    Supongo que a veces realmente estoy blandito y me salen reflexiones de este tipo. O quizá tengo reflexiones de este tipo y las plasmo de una determinada manera porque estoy blandito.

    Llevaba tiempo queriendo escribir este post, ¿sabes? De hecho, dejé las pestañas con la imagen de The Old Man y con el motivator de Evangeline Lilly abiertas durante bastantes días en el Firefox hasta que lo escribí -misión cumplida-.

    Muchas gracias por esas cosas bonitas que me dices, me alegra poder tenerte como Viajera asidua.

    Un saludo! (besito)
    Adán

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