En Inglaterra, no es del todo extraño encontrarse de vez en cuando con estas bellísimas criaturas. Y, en contraste con lo habitual en España, donde uno sólo espera avistarlos en el monte o el campo, aquí es relativamente fácil verlos en áreas urbanas.
En mi estancia en Oxford recuerdo cruzarme con zorros alguna que otra noche de la que salía de entrenar del club de karate, que estaba en una zona con bastante campo abierto. Lo que no es tan habitual, queridos lectores, es encontrarse zorros a plena luz del día. Y en tu casa.
Pues bien, desde hace unos días para acá, resulta que cierta pareja de zorros ha cogido gusto al jardín de detrás de nuestra casa. De hecho, han tomado posesión de varios de los jardines de la zona, y a menudo se les puede ver desarrollando sus actividades diarias, generalmente consistentes en pasearse, dormir o jugar.
Ustedes pensarán lo que quieran. Yo pienso que nos traen suerte.
El zorro rojo, Vulpes Vulpes o Canis Vulpus, es la especie más común de zorro, y además un tipo de cánido. Es omnívoro, y a diferencia de la mayoría de los perros tiene las pupilas verticales (cual gato) y las garras retráctiles (cual gato de nuevo).
Suele asociársele como característica representativa la inteligencia, a menudo con ánimo de engaño y manipulación. En la mitología celta se habla de brujas que pueden transmutarse en zorro. En China, de los huli jing: espíritus con cuerpo de zorro con nueve colas (¿a alguien le suena de algo?), similares a los kitsune japoneses que toman forma de zorro a voluntad. Y en los cuentos tradicionales europeos no es raro encontrarse con zorros astutos y taimados.
Aunque, por suerte, no todos los zorros son así.
Y tras tanta investigación teórica (que puede haber conllevado mirar uno o más artículos en wikipedia), recopilar este informe de campo y poner junta toda esta información, un servidor no tiene otro remedio que preguntarse... ¿tendrá esta inesperada invasión zorruna, o zórrica si lo prefieren, algo que ver con los gatitos espía?
Les deja con esa pregunta y se despide hasta otro viaje, su leal servidor. Espero que puedan dormir tranquilos, yo seguro que no.
Un saludo,
Adán.
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