Hoy he visto amanecer. Bueno, más bien ayer, porque son las 02:46 en la madrugada del recién estrenado día siguiente. En realidad no importa tanto la fecha, publico este post con unos días de retraso para no juntarlo con el último. Pero quería escribir porque llueve, y no quería mezclar la lluvia y el sol (¿obtendría un arcoiris?).
Quería escribir esto porque llueve
Llueve. Al margen de la metáfora, hoy ha sido un día marcado por la lluvia. Si bien bajé del Naranco con un día casi soleado, la nubosidad acabó por hacerse cargo del asunto y para cuando me levanté no tardó en empezar a llover. Y es cuando uno se acuesta después de haber amanecido, los días funcionan de formas extrañas.
Todas las criaturas de la Tierra mueren solas
Es el secreto que la Abuela Muerte le cuenta al oído a Donnie. Somos individuos. Precisamente en eso reside el placer de compartir, en lo difícil que resulta conectar con otro individuo. No estamos diseñados para ser una colmena o un pólipo, y dado el instinto que parece primar entre los habitantes terrestres el individualismo está de moda. No deja de ser irónico, dado que dicho fuerte individualismo se compatibiliza con una sociedad de consumo masivo y masificado, donde el público consumidor no somos sino una masa de materia prima para el vendedor. Ovejas. Robots. Clones. Todos iguales...
El caso es que estamos solos. En realidad, en el fondo, estamos solos. Cuando me duele, me duele a mí. Cuando soy feliz, soy feliz yo. ¿Significa ésto que haya decidido negar la interacción social como parte importante de mi vida? En absoluto. Mi conclusión es que afirmar que estamos sólos hace que pueda valorar con más peso los momentos que disfruto en compañía o conexión con otro ser que está solo.
"No estás solo" es la típica frase que se dice para consolar a alguien que lo está pasando mal o tiene algún problema. Expresa nuestra intención de acompañarle en su mal momento. Por la intención que no quede. No podemos hacerlo. La empatía no es sino un multiplicador de sentimientos.
La lluvia me hace pensar
No sé muy bien por qué. Creo que me trae recuerdos. Me gusta pasear bajo la lluvia cuando no es demasiado intensa. El parque es precioso bajo la lluvia, y generalmente no hay gente molestando alrededor. A los patos no les molesta la lluvia. Así que dado que no tenía nada que hacer en todo el día y el techo de la habitación se me caía encima, utilicé la excusa de ir a comprar al centro comercial para dar un paseo bajo la lluvia. ¿Autobús? ¡Hoy no, gracias!
Es uno de esos días en que parece que la soledad de cada día se hace más presente. Hay un mundo a mi alrededor girando tan rápido que parece que esté quieto y nunca cambie nada y, cuando todo deja de dar vueltas, sigo sin entenderlo. A veces pienso que estoy perdido y que no tengo claro mi camino. Y es precisamente en días como hoy en los que la lluvia me despierta un poco. Abro los ojos y veo la respuesta: Mi camino lo hago todos los días con cada paso.
No puedo decidir quedarme al margen, o esperar que me lluevan las cosas del cielo. Bueno, puedo pero no quiero.
Y a kilómetros de distancia
una llamada de auxilio es respondida. Un teléfono. Magia, oigo una voz. Y por unos momentos, la lluvia de fuera deja de hacer ruido y cae en silencio, para no molestarme. Por unos momentos, un rayito de sol se escapa sorteando jirones de nube. Y por unos momentos, sale un arcoiris.
Gracias.
Un saludo!
Adán
PD: Decía que publicaba estas líneas con retraso. Ahora mismo termino de retocarlas desde Barcelona. Aquí hoy también llueve. ¿Y qué hago yo en Barcelona? Bueno, ésa... es otra historia :)